¿Qué es la termografía y para qué sirve?

La termografía permite captar la radiación infrarroja del espectro electromagnético utilizando cámaras térmicas. Con estas cámaras convertimos la energía que irradia un objeto, invisible al ojo humano, en una imagen visible formada a partir de la temperatura superficial de los objetos captados por la cámara.

¿Cómo se realiza un estudio de termografía?

Se realiza utilizando una cámara termográfica, dónde apuntando hacia el elemento que queremos estudiar, se obtiene una imagen termográfica que muestra las diferentes temperaturas del elemento y con ellas se pueden analizar los posibles defectos del elemento.

¿Cuándo solicitar un estudio termográfico?

Existen diferentes momentos en los que solicitar un estudio de estas características:

-Analizar el estado térmico de conductores eléctricos.

-Determinar el estado de operatividad de los equipos de protección eléctrica (interruptores termomagnéticos, interruptores diferenciales, relés, entre otros).

-Evaluación térmica de transformadores, motores y demás equipos sujetos a elevadas temperaturas de operatividad.

-Para la obtención de una certificación energética u otro tipo de certificación.

-Siempre y cuando se necesite saber si una instalación en concreto cuenta con alguna irregularidad térmica, ya sea por un defecto en el aislamiento, por humedades o por una fuga de aire.

¿Con qué objetivo se realizan estos estudios?

Además de los casos expuestos en los que es recomendable solicitar un estudio termográfico, existen diferentes objetivos que se pueden conseguir al contar con uno. Estos son algunos de los más destacables que implican diferentes beneficios:

1.Reducir los costes

Si el estudio se ha solicitado para averiguar dónde hay una avería o fallo, este permitirá localizarlo rápidamente para subsanarlo. De este modo se va al origen del problema y se evita perder recursos utilizando cualquier otro método más caro.

2.Optimizar los recursos

Un estudio termográfico también es una buena forma de optimizar los recursos disponibles, ya que permite ir directamente al problema, reduciendo los tiempos posteriores de reparación.

3.Alargar la vida útil de una instalación

Un horno, una cámara frigorífica o una bomba pueden ser lugares susceptibles de ser analizados por un estudio termográfico. Conociendo si tienen alguna fuga o fallo, este se puede subsanar y así alargar la vida útil del aparato.

4.Evitar peligrosidad al operario

La termografía permite que no haya contacto directo entre la cámara utilizada y el objeto a estudiar. Esto reduce la peligrosidad del operario que se encarga de hacer la medición, en casos en los que intervienen conexiones eléctricas sueltas o corroídas que pueden resultar peligrosas.

5.Contar con informes muy precisos

Esta técnica ofrece informes muy precisos que pueden ser de gran utilidad a la hora de presentarlos para la obtención de determinados certificados.

Un estudio termográfico cuenta con múltiples ventajas a la hora  de aplicarlo a una instalación o maquinaria. Mediante la toma de fotografías con una cámara termográfica se pueden detectar fallos de funcionamiento, fugas o averías de manera poco invasiva y económica. Por lo tanto, esta es una herramienta muy útil tanto para una vivienda como para una empresa.